Con la resaca navideña aún presente, y los
exámenes de enero ya quemándose en la hoguera, los universitarios de colegios
mayores de Madrid se reúnen cada año en la conocida Feria de abril. Feria de
abril, pero en Febrero. Sin sevillanas. Sin vestidos de gitana. Sin vino
dulzón.
Y, ¿ por qué el éxito de esta ya instaurada
tradición? ¿ Qué hace que un grupo de universitarios se junten tarde tras tarde
a bailar como si no hubiera un mañana flamenco seguido de reggeton? ¿Por qué lo
llamaron Feria de abril?
Sea como sea, los jóvenes de primero,
segundo y hasta tercero de carrera pasan allí tarde tras tarde. Ya no es sólo
universitarios, ni sólo universitarios de colegios mayores, si no
universitarios de colegios mayores de primero, segundo y tercero.
Pensándolo bien, todo ha sido muy sencillo
para los creadores de la famosa feria. Prometer a un grupo de recién llegados a
Madrid que, por tanto, son mucho más influenciables que cualquier otro segmento
de la población, que en su primer fin de exámenes como universitarios van a
poder vivir una fiesta continua todas las tardes sin tener que salir de cuidad
universitaria es más que apetecible. Es como un segundo mes de novatadas, pero
sin veteranos, es otro mes ocioso de esos que en exámenes piensas que nunca
llegarán, pero llegan.
Con respecto a las novatadas, me gustaría
también recordar, que en los colegios mayores hay estudiantes, gente que lucha
día a día por poder dar a esta sociedad demacrada y defectuosa un futuro mejor…
Pero eso parece que se les olvida a todos los que tachan a los colegiales de
mediocres o de tontos. Las novatadas no son un “déjate humillar que ya te
tocará a ti ser el que humille el año que viene”. No son eso. Las novatadas son
una manera de crecer, de romper el hielo y dejar la vergüenza en nuestras
casas. Son la forma de conocer a gente, de salir de la burbuja en la que
nuestros padres nos tenían metidos. Las novatadas te hacen ver que ya no eres
el más importante, ni el más guay ni el mejor y que ya no todo gira a tu
alrededor.
Y bueno, ni que decir tiene mi opinión
sobre que este tema llegue al Senado. ¿ De verdad la cámara
alta no tiene otros
temas de qué ocuparse?.
Por mi parte, invito a todos los que
critican sin saber a que se den un paseo por los colegios mayores y pregunten a
los colegiales qué han sido para ellos las novatadas. Estoy segura de que la
mayoría de ellos están profundamente agradecidos a estas prácticas, porque
gracias a ellas han conocido a toda la gente que ahora son sus amigos.
Pero, volviendo al tema de la feria, parece
que un buen grupo de relaciones públicas, un local (más o menos) bien montando,
2x1 en consumiciones y unos carteles muy jugosos es lo único que ha hecho falta
para crear esta tradición. Muy fácil, ¿no?. En realidad, el “boca a boca” que
ha pasado de una generación a otra es la mejor publicidad que la feria a podido
tener, pues o hay campaña de marketing que gane a la opinión sincera de un
amigo. En cualquier colegio mayor, oirás a un veterano decirle a su novato “ya
verás cuando llegue la feria...”, y aunque ese novato no entienda muy bien qué
será la feria, ya está esperando a que llegue. Porque así funcionan las cosas
señores, porque los colegios mayores son familias, y porque con tal de juntarse
todos a pasar un rato agradable, da igual que lo llamen feria que ferio, que
allí estarán los colegiales, unidos y siendo felices.
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