La limonada es la más tradicional bebida de la
Semana Santa en León, realizada a partir de vino, limones, azúcar y canela y
aderezada, en ocasiones, con frutas, higos y pasas.
Habitual era hasta
ahora verla en jarras, ofreciendo cada bar la suya y siendo, ese toque casero y hogareño, lo que siempre la ha hecho tan especial.
Sin embargo,
podríamos asegurar que el marketing ha llegado en los últimos años a esta
bebida y, ahora, ir a “matar judíos” (expresión que, según dicen empezó a
utilizarse en la Edad Media) en mi ciudad, se ha vuelto una costumbre un poco
más refinada. El marketing se abre paso, por tanto, hasta en las más arraigadas
tradiciones.
Ya no encontramos
sólo limonada en rudas jarras, con los trozos de fruta mal cortados nadando en
ella. Ahora, y aunque lo anterior aún subsista, podemos encontrar esta bebida
embotellada y con su marca propia.
Bares emblemáticos de
nuestra ciudad, como “La vinoteca” , “La cava de santa clara” o el famoso “
Prada a tope” (que defiende su venta en toda España) hacen ya su limonada “casera”
con ayuda de la tecnología, adaptándose, de alguna manera, a los nuevos
tiempos. Aunque siguen usando la receta maragata, ni que decir tiene que, para los
leoneses, ver su limonada embotellada y etiquetada es, por lo menos, un “shock
momentáneo”. Según los propietarios dichos establecimientos, si se cuida el
vino hasta el milímetro, la limonada igual.
Por otro lado, el
embotellamiento ha favorecido a una limonada más limpia que la casera, además
de más fácil de guardar y de servir, sin necesidad de hielos. Por lo
tanto, podemos asegurar que cumple todos los parámetros sanitarios y, además
se presenta de una forma muy estética.
Por si alguno, aún no sabe qué es eso de "matar judíos", aquí les dejo la histórica explicación:
Mientras suenan las cornetas que acompañan los pasos, mientras los fieles, curiosos y turistas presencian el paso solemne de los pasos por las calles y plazas con el fondo de la catedral, mientras comentan unos y otros las novedades de este año, etc... es costumbre visitar los bares y cafeterías donde se exhibe el cartel "hay limonada" y pedir una ronda.
El camarero nos servirá en una copa o vasito una porción de limonada (variante de la sangría) procedente de una jarra donde flotan trozos de naranja o limón. En otros casos, ya que su procedencia y elaboración es casera, lo servirá de una botella sin etiqueta guardada al fresco de la nevera.
Cada limonada al ser apurada servirá para "matar un judío" expresión leonesa incruenta que ha quedado para efectuar este ritual que comienza normalmente la semana anterior a la Semana Santa y se suele prolongar hasta la Pascua. La señal de partida la dan los bares que exhiben el cartel antes comentado y asi los grupos de jóvenes, parejas, gentes de mediana edad y pensionistas, 'excepto' menores dan comienzo a esta costumbre a la que nadie pone fecha ni circunstancia pero que asume como algo propio de la Semana Santa de León.
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